domingo, 7 de septiembre de 2008

La Misión de Eli...

POSMODERNIDAD

Considero necesario aclarar primeramente como llegue a este tema. La propuesta fue llevar a la clase de taller algo que representara lo que me interesaba de la psicología y allí comencé la búsqueda. Nada fácil la propuesta, pero no quedaba otra que ponerse a indagar dentro de uno mismo y fue así que se me ocurrió empezar a conectar intereses; por o cual elegí uno de los últimos libros de Mario Benedetti que había leído y elegí de este un texto que combinaba el tema sentimientos con la época en la cual vivimos, la posmodernidad o modernidad tardía. Fue así que se me asignó la misión especial que consistiría en indagar un poco más sobre nuestra época y así comencé la búsqueda.
Resulta interesante la cantidad de información con que me encontré, lo cual como es evidente me dificultó mucho la redacción del trabajo, ya que no se trataba de una monografía ni un tratado sobre el tema, de esta forma se me fueron ocurriendo distintos recortes para darle forma al trabajo. Por lo tanto, seleccioné la información que considere podía resultar interesante para todos y así comencé a escribir.
Me parece apropiado comenzar por la definición que aparece en el diccionario de la Real Academia Española en el año 2005 sobre posmodernidad: “f. Movimiento cultural surgido en Europa en los años 80, que se caracteriza por no presentar una ideología marcada ni compromiso social”. Es evidente que esta definición no brinda mucha información, pero si algún dato relevante, por lo cual procederé a completarla quizás o ampliarla. De todas formas, intentaré brindar un recorrido corto pero interesante acerca del tema de mi “misión especial”.
Podíamos entender a la posmodernidad como “algo” complejo que comienza a manifestarse alrededor de los años 70 primeramente en el arte; y digo algo ya que en mi recorrida bibliográfica fui encontrando que no para todos los autores la posmodernidad es un época. Algunos autores como Berman y Habermas no acuerdan en denominar a nuestro momento actual como Posmodernidad, pero si acuerdan en las características que definen nuestra cultura contemporánea.
De todas formas, si se la considera una época o una determinada cultura dentro de un período, existen características claves que la diferencian de la modernidad que la precede (y tema que trabajara en profundidad nuestro compañero Nacho). Pero lo más importante para diferenciarlas es que a la posmodernidad le falta una totalidad un orden, una coherencia que a su vez dificulta su conceptualización. Puede pensarse que la posmodernidad se origina en las sociedades capitalistas avanzadas, en donde se habría desarrollado éste cambio cultural. Los medios de comunicación expandieron el nuevo paradigma en nombre de las tendencias a la globalización de los mercados a todo el mundo. Para comenzar a profundizar en el tema, puede plantearse que la posmodernidad se divide en tres sectores, un período histórico, una actitud filosófica y un movimiento artístico. Estos tres sectores plantean la idea de que la renovación de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social impulsadas por el proyecto modernista fracasaron en su intento de lograr la emancipación de la humanidad, y de que un proyecto semejante es imposible e inalcanzable en las condiciones actuales.
Guillermo Obbiols en su artículo “Modernidad y Posmodernidad en los finales del siglo XX” escribe que la posmodernidad se caracteriza por ser el resultado de las crisis de las grandes ideas de la modernidad: la fe en el progreso, en la posibilidad de un futuro mejor, la idea de un orden social más justo y que la ciencia permita alcanzar la verdad y el bienestar. Aparece, ante el fracaso de estas ideas, la muerte las utopías, de las ideologías en el sentido de ideas que apuntan a un futuro y prometen emancipar a la humanidad. Creo que aquí es apropiado agregar algunas características fundamentales que definen nuestro momento actual; una de ellas es la diferencia, como multiplicidad de identidades culturales o realidades que existen en nuestro mundo y que se manifiestan a través de los medios de comunicación y así nos hacen partícipes de su existencia. Por otro lado está la pluralidad, como multiplicidad, pero en este caso de racionalidades. Esto lleva al relativismo, ya que al aceptar las diferencias y vivir en un mundo plural es inevitable caer en esta postura. Si no hay una razón unificada de los valores y del conocimiento, lo que cada uno crea será válido según la cultura o la realidad en que se viva. Para que todo esto sea posible, es fundamental la participación de la comunicación en masa, estos han convertido al mundo en un lugar más complejo. Son ellos los que se encargan de mostrar las diferentes realidades, las múltiples identidades. “Las guerras de la era posmoderna se han caracterizado por ser guerras de civilizaciones cuyo argumento es religioso, nacionalista, racista…” De esta forma llegamos a la última característica de la posmodernidad que es el vacío de ideología; ideología como sistema ordenado de ideas, donde surgen y tienen cabida muchas maneras de pensar. Así también se acaba lo que se conoce como “mentalidad”, es decir, un conjunto de valores e ideas compartidas con un grupo de personas dentro de una sociedad.
“La cultura posmoderna es en definitiva una pluralidad de subculturas que corresponden a diversos grupos sociales y que adquieren su propia legitimación a existir y a coexistir con otras subculturas con igual o similar reconocimiento social”.

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